
La prosa de Elena Medel sorprende por las evocaciones y por lo que esconde detrás. La historia es en parte sorprendente y en parte la historia de cada día de muchas personas. Es fácil empatizar con esos personajes que podríamos reconocer en nuestros familiares, vecinos, amigos… El estilo nos llega directamente con su realismo y su poesía, pero no nos engañemos, la realidad que refleja no deja de ser cruda y, a veces, brutal. No esperemos las maravillas anunciadas en el título…
