Juan Vicente Piqueras

XXII

Vivir es este lápiz que se va consumiendo

a medida que escribo, gris y sencillo,

como otro día más que nos acaba.

Sacarle punta a todo. Meditar.

Buscar motivos para respirar.

Pensar, siempre, pensar, como las piedras.

Vivir huele a madera de árbol que no sé,

como este lápiz al que saco punta

para que escriba, acabe, piense en mí.

La mina va gastándose y el trazo

engorda letra a letra. Verso a verso

la espera va espesándonos la sangre.

YO QUE TÚ

Yo que tú me amaría, llamaría,
no perdería tiempo, me diría que sí.
No dudaría más, escaparía.
Daría lo que tienes, lo que tengo,
por tener lo que das, lo que me dieras.
Me soltaría el pelo, lloraría
de gozo, cantaría descalza, bailaría,
le pondría a febrero un sol de agosto,
moriría de gusto, no pondría
ningún pero a este amor, inventaría
nombres y verbos nuevos, temblaría
de miedo ante la duda de que fuese
sólo un sueño, me iría
para siempre de ti, de allí, conmigo.
Yo que tú me amaría.
Me diría que sí, me faltaría
tiempo para correr hasta mis brazos,
o al menos, qué sé yo, respondería
a mis mensajes, a mis tentativas
de saber qué es de ti, me llamaría,
qué va a ser de nosotros, me daría
una señal de vida, yo que tú.

El primer poema pertenece al precioso poemario La edad del agua del escritor valenciano José Vicente Piqueras (1960), el segundo a Yo que tú.

Hace años lo invité a leernos en la biblioteca de otro de mis centros y la fluidez y profundidad de sus versos nos dejó encantados.Nos relató anécdotas de sus viajes y trabajos por el mundo y también disfrutamos de este anecdotario cosmopolita.

Este escritor tan polifacético es profesor, escritor, poeta, traductor, guionista, y… locutor de radio. Ha obtenido numerosos premios, entre ellos el Nacional de Poesía José Hierro. Merece la pena sumergirse en sus poemas.