La vigilia es donde el interior está fuera del exterior
Donde el exterior está dentro del
interior
Una joya que respira
El deseo enterrado en lo hondo de la tierra
Se refleja como uvas en el cielo
La tierra se divide y la larva de un arcoíris aflora.
Manantiales y estrellas se pulen silenciosamente
Del cielo vienen carámbanos o tal vez
Copos de nieve pulverizados tan en serio
Buscando unirse con toda la superficie de la tierra
Por los rayos brillantes de las cuatro estrellas que son las más altas
Por los cuatro picos de las montañas
cuáles son sus consortes para que las parejas puedan estar juntas para siempre

Mari Kashiwagi nació en Alemania en 1970, pero a los seis meses de nacida retornó a Japón con sus padres. Es poeta y realizó estudios de Historia del arte oriental. Ha publicado los libros de poesía: Música, de días, 2000; La raíz del néctar hasta donde llega su resonancia, 2008; y Mariposa, 2018, así como el libro de letras de canciones para niños, Ámbar, 2015. En 1995 obtuvo el prestigioso premio Gendaishi Techo, para jóvenes poetas.
Este poema está plagado de elementos naturales que la poeta japonesa pone al servicio del amor y del deseo. Lo telúrico y lo celeste (del cielo) se unen en una cópula natural y satisfactoria.