Esta novela se lee de forma fluida y deja cierto sabor amargo en los labios. El personaje principal es perturbador, ridículo, inquietante y… Podría ser tu vecino o tu compañero de trabajo. Se trata de un empleado de una empresa cárnica con una filosofía un tanto particular (y demencial) que escribe sus memorias al estilo de una novela autobiográfica confesional (ahí está la parodia y tal vez un humor negro con retranca). En esta historia de amor, los hechos, que vienen y van, oscilan entre lo espeluznante y lo grotesco.
Encontrarás rasgos valleinclenescos, alusiones a la picaresca más sórdida, ecos de alguna comedia francesa de segunda, pinceladas del absurdo… El final decepciona un pelín por lo esperable.

