Rachel Dilworth

Eran inmanejables, estas mujeres.

Un sacerdote marcó a Crissie bien temprano:

en peligro mortal desde que había quedado huérfana

Clara era otro asunto

había tratado de escaparse de casa

cuando su padre había vuelto buscando

diversión, borracho y mezquino. Los policías la cogieron

al día siguiente huyendo del condado.

Fue la bebida la que cazó a Rose los meses en que llovía

con Él lejos buscando trabajo

mientras los chicos de la calle

venían por Eva cada día una vez que

su soldado se marchó.

Mary y Anne eran lentas, veían la vida como niñas.

Los otros cientos de penitentes estaban sucias

con el peor de los pecados: grandes cantidades de corazón

y sangre chorreando, la evidencia bien redonda

de cenizas y polvo, de carne de la propia carne.

Nunca volverían a estar limpias. ¿Quién podría perdonar esto?

They were unmanageable, these women
A priest marked Chrissie carly on:
in moral danger since she’d been orphaned.
Clare was another matter,
shed tried to run from home
when her Dad had come looking
for fun, juiced-up and mean. The Gardai caught her
the next day hitching out of the county,
It was drink chased Rose the months it rained
with Himself away hustling work,
while lads in the lanes
came for Eve each day once her soldier’d moved on,
Mary and Annie were slow, saw life like tall children.
The other scores of penitents were stained
with the filthiest sins: heavy mounds of heart
and stirring blood, well-rounded evidence
of ash and dust, of flesh of one fesh.
They would never be clean again. Who could forgive this?

Rachel A. Dilworth es una poeta estadounidense que recibió una mención en el Concurso Nacional de Poesía de 2007 por su poema «Body Sonnets VIII: The Magdalen». Su primer manuscrito, The Wild Rose Asylum: Poems of the Magdalen Laundries of Ireland, fue elegido ganador del Premio de Poesía Akron 2008. Fue publicado por la University of Akron Press en 2009.

La autora retrata, con ironía no exenta de dolor, algunas de las situaciones que podían convertir a las mujeres en «corderos expiatorios» de los crímenes sexuales de los hombres.