Vicente Núñez

Ocaso en Poley

Si la tarde no altera la divina hermosura
de tus oscuros ojos fijos en el declive
de la luz que sucumbe. Si no empaña mi alma
la secreta delicia de tus rocas hundidas,
si nadie nos advierte. Si en nosotros se apaga
toda estéril memoria que amengüe o que diluya
este amor que nos salva más allá de los astros,
no hablemos ya, bien mío. Y arrástrame hacia el hondo
corazón de tus brazos latiendo bajo el cielo.

Vicente Núñez Casado (Aguilar de la Frontera, 1926 – Córdoba, 2002). Premio Nacional de la Crítica (1982). Cursó Derecho en la Universidad de Granada (estudios que no terminó). Poeta vinculado al grupo de poetas del llamado grupo Cántico y miembro de la redacción de la revista Caracola. «Elegía a un amigo muerto» (1954), su primera publicación, guarda una estrecha relación con las «Coplas a la muerte de su padre» (de Jorge Manrique) y el «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» de Lorca. Además de sus libros de aforismos, Sofisma (1994), Entimema(1996), Sorites (2000), y Nuevos sofismas (2001) y de los títulos de ensayo Teoría del acto (1989) y El suicidio de las literaturas (2002), publicó los libros poesía Tres poemas ancestrales (1955), Los días terrestres(1957). Poemas ancestrales (1980), Ocaso en Poley (1982), Cinco epístolas a los Ipagrenses (1984), Teselas para un mosaico (1985), Sonetos como pueblos(1989), Himnos y texto (1989), La cometa (1989), La gorriata (1990) y Rojo y sepia (1987, póstumo, 2007).

Juana Castro lee poemas del autor en el acto de homenaje del CAL. En la mesa la acompaña Beatriz Martínez Serrano, experta en el autor.

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