Mis primeros poemas me llegaron cantados en la voz de mi bisabuela Inés, que me cantaba romances antiguos, de mi padre, que me enseñó a leer a edad temprana, de mi maestra Lucía Quintana, que nos hacía aprendernos los poemas de Gloria Fuertes. Desde entonces siempre me acompaña… La poesía es belleza, conocimiento y comprensión de lo cercano y lo lejano.
Te quiero.
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
Luis Cernuda

Envío
Antes de que veamos el hermoso camino
es sólo una farsa inútil,
un pozo de aguas misteriosas
de donde hemos sacado aquello que no existe;
antes de que la cercanía del tedio
o la ruina de la sonrisa ocurran;
antes de que la frivolidad
regrese a acostarse en mi cama;
antes de que el deseo se corrompa
o las palabras o las risas,
déjame pedirte que el engaño
el dulce engaño de ser tú y yo dure
el vasto tiempo de este instante.
María Mercedes Carranza

Dafne
Que tu luz no me busque, Apolo, porque soy una hoja que vive con el viento.
Toda la savia es
una caricia blanda,
tengo verdes los brazos de besarme en las ramas,
de mirar en las sombras el cristal desvaído de mi auspa
Los helechos me abren su corazón de agua,
poseo dos mil lunas ganadas al ocaso,
los tilos, el espliego, la frescura
de todos los diamantes que se mueren de frío,
las lianas que adornan
la libertad, el talle, las avenas,
mis pestañas, las rosas, los pedernales tiernos de los frutos,
las blancas mariposas donde beben su plata las raíces.
donde el bosque se espesa de semillas y muerte.
No deseo tu fuego, adoro la ceniza que es espora del trigo
y no quiero otro rayo que el resplandor redondo en las naranjas,
el cenit que atomiza la techumbre calada de los árboles
los troncos como dioses,
las auroras cebadas en su vientre de polen solitario.
Es inútil que corras, porque este paraíso que fecundan tus ojos
me pertenece ya, es la textura
del fondo de mi carne
y crezco vegetal
todo la dermis al vello más oscuro donde duermen los mundos,
es inútil que corras, inútil que me alcances,
porque tengo las plantas vaciadas en la tierra
y el laurel
es ya un triunfo de oro en mi cabeza.
Juana Castro

No quisiera que lloviera
te lo juro que lloviera en esta ciudad
sin ti y escuchar los ruidos del agua
al bajar y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad
Quizás tengas el cabello mojado el teléfono a mano
que no usas para llamarme
para decirme esta noche te amo
me inundan los recuerdos de ti discúlpame,
la literatura me mató
pero te le parecías tanto.
Christina Peri Rossi

Piedra pulida
Un nuevo libro,
un nuevo día,
otra nueva ciudad,
más veranos, más flores,
aquel perpetuo mar
y yo, ahora, sobre piedra pulida,
busco tus labios,
busco tus ojos.
Nancy Morejón