Raúl Vacas

ENTRE MI SUEÑO Y TÚ SÓLO HAY SUSPIROS

No hago sino pensar en ti y en nada irrelevante y dulce
como los mismos sueños de cartón de lunes a domingo enamorar las horas escondidas

en que te descubro sentada en un poema

junto a una letra irrepetiblemente hermosa

y antes de que hable algún suspiro

acostumbro a agitar entre mis dedos el color azul

con que escribí toda mi historia letra a letra

a olvidar que el amor es una lumbre

donde nada ya existe y a recordar al fin la lluvia
de tus ojos azules

el incendio aquel de tus primeros besos

que inventé para alejarte cualquier día

como hoy como nunca como este sucio instante
en que lejos de tus labios no hago sino pensar en ti.

Raúl Vacas (Salamanca) se crió en Matilla de los Caños del Río, un pueblo con pájaros, charcas, salón de baile y frontón. Pero fue en la ciudad donde descubrió su interés por los libros y la poesia. Reconoce que le debe mucho a Segismundo (La vida es sueño) y a Ángela Carballino (San Manuel Bueno, mártir), quienes le descubrieron el sentido de la vida. En los difíciles años del COU comenzó a buscarse en la poesía, siempre en horario escolar o en la soledad de su cuarto. Con el tiempo, su madre colgaría en la pared del salón los títulos de su hijo: Licenciado en Ciencias de la Información y Diplomado en Educación Social. Su entrega a la poesía dio frutos y Raúl recibió varios premios.
Desde hace años vive en medio del campo y allí, entre encinas, ovejas, gallinas, cerdos y vacas, asiste a diario a la escuela de la naturaleza. Además de escribir, dedica su energía a los talleres de escritura creativa en colegios, centros de profesores, institutos y a través de internet. En esa tarea resulta imprescindible la complicidad de su mujer, Isabel Castaño, con quien ha puesto en marcha la escuela de escritura creativa De Vacas y Castaño.

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