Marosa di Giorgio

Cuando las fiestas de la primavera, las danzas, los homenajes, sentí dolores terribles, y corrí hacia la casa, al lecho. Y la primavera se tomó invierno, y todo parecía estrellear, y los demás me seguían con botellas y camelias, parecían pasar con botellas y camelias. Y vi que eran dolores de parto. Y de súbito, di a luz un gato o una liebre, un ser terso, tenso, de oídos finos, que creció, de golpe, y huía por la habitación y por el prado.
Pero, a través de las ventanas, vi que volvía y me miraba.

Las cosas se hacían más próximas y exaltadas. Las jarras en docena. El ropero, que en una esquina tenía una grande boca con dientes de caballo. Todo era pavoroso, perros, crisantemas.
Y sobre todo, el tenedor y los cuchillos.
“Pobre corazón; tanto tiempo encerrado, trabajando», dije.
Pero, se encendían y se acercaban, con más furia, el tenedor y los cuchillos.

María Rosa di Giorgio Médici (Salto, 16 de junio de 1932 – Montevideo, 17 de agosto de 2004) fue una escritora uruguaya que desarrolló una poesía sumamente inusual y sin precedentes en la historia literaria de su país.

En Los papeles salvajes (1989 y 1991) recopiló sus poemas.

En su obra, un canto a la naturaleza y a sus mutaciones, la mitología es una constante. Es una de las voces poéticas más singulares de Latinoamérica. Su estilo experimental y el erotismo salvaje de sus textos, en los que arma un lenguaje propio explorando la naturaleza, los mitos en torno de ella, los cuerpos y el cambio, escandalizaron y sedujeron a sus contemporáneos por igual.